Los tejidos están formados por células conectadas. Las células de un tejido no son iguales, pero trabajan juntas para realizar funciones específicas. Por ejemplo, el tejido muscular contiene células musculares que mueven los músculos a través de la contracción. El tejido muscular también contiene células nerviosas que envían señales que indican a los músculos cuándo contraerse y relajarse. Al observar una muestra de tejido (biopsia) bajo un microscopio, se ven diferentes tipos de células, aunque un médico puede estar interesado en un tipo en particular.
El tejido conjuntivo es el tejido resistente y a menudo fibroso que tiene la función de mantener unidas las estructuras corporales y proporciona resistencia y elasticidad. Se encuentra en casi todos los órganos y es uno de los componentes principales de la piel, los tendones, las articulaciones, los ligamentos, los vasos sanguíneos y los músculos. Las características del tejido conjuntivo y de los tipos de células que este contiene varían según su localización en el organismo.
Función: El tejido conectivo sostiene los otros tejidos y los une. Esto incluye tejido óseo, sanguíneo y linfático, además de los tejidos que brindan soporte y estructura a la piel y a los órganos internos. El tejido epitelial proporciona cobertura para las capas superficiales y más profundas del cuerpo.
Existen cuatro tipos de tejidos y los presentaremos a continuación:
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